El viaje de un migrante Venezolano que cruzo la selva del Darien -Parte 1
- Amazonia Arroyo
- 1 sept 2024
- 9 Min. de lectura
Darmis Barrios, ha formado parte de los 2.896.748 personas refugiadas y migrantes venezolanas que ha recibido Colombia. El País fronterizo se ha posicionado como el principal país receptor a nivel mundia de la migración Venezolana. Según un estudio realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) los migrantes y refugiados venezolanos en Colombia en el 2022 generaron un impacto económico en ese país equivalente a 529,1 millones.
7,7 millones de Venezolanos tienen una historia particular que contar sobre su salida pero todos comparten las razones que los impulsaron a dejarlo todo y emprender un proceso migratorio: Un gobierno comunista, la crisis económica, la inseguridad y violencia, la inestabilidad política, el deterioro de los servicios públicos, un futuro incierto, la falta de oportunidades y el deseo de reunificación familiar. Estos factores los han llevado a abandonar uno de los países con las mayores reservas petroleras del mundo.
Mi blog de hoy está dedicado a cada una de las personas que cruzan la selva del Darién, a los que han dejado la vida para buscar nuevas oportunidades, especialmente a los muchos niños que han vivido esta experiencia sin tener la opción de elegir. Hoy narro la historia de Darmis Barrios y su proceso migratorio, hoy te invito a disfrutar este trabajo periodístico y a sumergirte en esta historia y sobre todo a compartirla.

Colombia: El Primer Paso en la Ruta Migratoria
“Soy de Maracay, salí a finales de noviembre del 2016, trabajaba en Venezuela, en una empresa de materiales de construcción en el departamento de logística y allí estuve alrededor de 12 años, todo transcurría de manera normal hasta que empezó la situación económica del país a decaer. Ya mi empleo no cubría mis necesidades básicas. Lo que me llevó a decidir trabajar por mi cuenta en una línea de taxi. Trabajaba con mi carro y un día se dañó el clutch, al momento de ir a comprar el repuesto, este era más costoso de lo que me había costado el carro unos meses atrás”.
Esto me respondió Darmis a la primera pregunta, ¿Que te llevo a dejar Venezuela?. En la entrevista me contaba que no tuvo tiempo para planificar su migración y se fue a Colombia con una mochila, en un viaje que duró dos días en bus, un familiar le esperaba en Bogotá quién le ayudaría a conseguir oportunidades laborales.
Te invito a ver el siguiente video que explica el recorrido terrestre de dos días que realizo Darmis para llegar a Colombia.
“4 días después de haber llegado ya tenía trabajo, en una distribuidora de carnes y vísceras, donde estuve trabajando dos años aproximadamente, al principio bien, pero después empezaron a ser irresponsables con la situación del pago y yo vivía al día, ganando lo mínimo y tenía que mandar dinero a Venezuela para mi mamá, esposa e hijos”.
La mayoría de los migrantes que llegan a un país en condición de refugiados o asilados, no conocen sus derechos y tampoco tienen tiempo para pensar en esto. Sufren abusos laborales, debido a las irregularidades de sus documentaciones legales.
Darmis me expresó: “Empezaba a trabajar a las 7:30 am y a veces eran las 8 o 9 de la noche y seguía trabajando y no me pagaban horas extras. Trabajaba por el mismo sueldo. Tenías que cobrar el día 15, y muchas veces llegaba el último del siguiente mes y no había cobrado esa quincena anterior”.
Según un informe de las Naciones Unidas, los empleadores de migrantes, especialmente de aquellos en situación irregular, ejercen un control social exclusivo que facilita su explotación. Estos empleadores pueden imponer largas jornadas de trabajo extenuante y pagar sueldos muy por debajo del mínimo, o incluso no pagar en absoluto, aprovechando que los migrantes, por miedo o desconocimiento, no los denunciarán. Este control se intensifica debido a la falta de apoyo comunitario y familiar de los migrantes, así como por su limitado conocimiento del idioma y las leyes locales.
Después de 6 años en Colombia, Darmis decide buscar nuevas oportunidades y embarcarse en una segunda migración, por el cambio de Gobierno en Colombia, la situación económica y la inseguridad que vivían en el país. A su esposa le robaron 9 celulares y en uno de esos robos, vivió una experiencia verdaderamente traumática.
Mariera esposa de Darmis, quién estuvo en la entrevista me relata “Me cayó a golpes y me pegó y yo le decía, puedo ser tu mamá. El chico me dijo: yo estoy trabajando, por el acento reconocí que era venezolano, me golpeó, me oriné de la golpiza. En Venezuela nunca sufrí dicha situación de violencia, solamente me habían robado una vez”.
Vivir esto hizo que Darmis se preparara para el siguiente paso, cruzar el Darién para llegar a Estados Unidos.
El 7 de Octubre del 2022, una salida desesperada por la selva del Darien
“Si tú lo piensas, no lo haces, porque de verdad decidir atravesar el Darién es difícil. A nadie ni se lo recomiendo, ni se lo aconsejo”.
Darmis decidió salir de Bogotá con un grupo integrado por 8 personas, donde estaba incluido su hijo, y dos niñas una de 3 años y otra de 7 años. La idea del grupo era llegar a la frontera sur de Estados Unidos y solicitar asilo, estimulados por las historias que habían escuchado de otros migrantes que lograron cruzar la frontera y lograron establecerse con éxito en Estados Unidos. Darmis me cuenta que vendió todo lo que tenía y lo cambió a dólares para emprender esta segunda migración.

“Cuando llegamos a Acandí (municipio colombiano fronterizo con Panamá a orillas del mar caribe), había miles de personas de diferentes nacionales, Colombianos, Dominicanos, asiáticos, de India, Pakistán pero la gran mayoría eran Venezolanos, durmiendo en la calle, durmiendo en las aceras, en carpas, gente que tenía días, semanas, meses allí, porque nosotros nos fuimos con algo de dinero, pero había gente que llegaba ahí sin dinero, sin nada. También habían personas con discapacidad, ciegos, también personas de diferentes edades, inclusive mayores. Tú tienes que pagar una lancha que se tarda 40 min y te cobra $100, y te lleva desde Acandi, a donde vas a comenzar a caminar. A nosotros nos tomó un día conseguir un pasaje”

Cada una de estas lanchas trasladan aproximadamente 50 a 60 personas, me explica Darmin. No hay ningún tipo de regulación policial o militar en el área Colombiana.
“Tomamos la lancha, nos llevó a un punto, de allí nos organizaron en grupos para llevarnos a una finca, donde nos dieron almuerzo, y luego nos trasladaron a otro punto que era el campamento base, allí pasamos la noche. Al día siguiente en la mañana a las cinco o seis de la mañana nos tocaba empezar a salir a caminar hacia la ruta del Darién”
Llevaban una mochila con las cosas esenciales, comida, medicamentos, una carpa. No podían ir tan pesados. Darmis, en su primer día de caminata sufre su primer contratiempo, “Boté la bolsa con mi comida y medicamentos, me di cuenta después de muchas horas caminando, ese primer día éramos más de 2500 personas”.

“Empiezas a caminar desde que amanece hasta que se va la luz del sol, vas por un causal de río, tenía unas botas de gomas plásticas, había mucha humedad en la selva. El agua entra por las botas, te golpean las uñas, de hecho yo perdí las 10 uñas de los pies.
Lo más difícil es ver niños caminando por allí, los padres cargando a sus niños. De hecho recuerdo un muchacho muy gordo que no tenía condición física, el primer día le dio un infarto en el camino y falleció, recuerdo una señora mayor sobre los 60 y tantos años o más, llorando porque no podía pasar el río, porque habían tramos en el río que eran profundos, el río le tapaba y no podía cruzar”.
Durante la entrevista, no pude evitar observar constantemente las posturas de Darmis. Gracias a mis estudios sobre cómo el trauma se manifiesta en el cuerpo, me resulta imposible no prestar atención a las expresiones, gestos, posturas, tono de voz. Mientras Darmis me contaba su historia, cruzaba las manos sobre el pecho y se encorvaba. Adentrarse en historias como la suya, marcadas por el trauma, es explorar terrenos sagrados, donde muchos recuerdos están bloqueados y las emociones a menudo no se expresan verbalmente. Sin embargo, su cuerpo, de manera automática, narraba su propia historia a lo largo de la entrevista. Pude percibir su angustia, su miedo y cansancio.
Los desafíos en el camino
“La primera noche en mi carpa mientras dormía, me mordió un dedo de la mano una hormiga bala así la llaman en el Amazonas. Sentí un dolor infernal, no dormí toda la noche” Está especie de insecto esta reconocida como la más peligrosa que se conoce en el Amazonas, según la base de datos Naturalista, "quienes han sufrido esta picadura aseguran la analogía de la misma con el disparo de una bala«. De ahí que reciba este nombre en la cultura popular".

Darmis sigue su relato, “El segundo día, llegamos a la Frontera de Colombia con Panamá, después de subir el cerro que nos llevó hasta la cumbre: una vez que llegas, comienzas un largo y arduo descenso. Sigues bajando y bajando, caminando sin cesar. El terreno es extremadamente complicado; la tierra, similar a la arcilla, se vuelve aún más traicionera cuando se moja. En algunos momentos, el barro llega hasta la bota, casi a la altura de la rodilla, y te hundes tanto que una pierna queda atrapada, sin poder liberarla. La bota se queda pegada, y avanzar se convierte en un verdadero desafío, porque en cada paso te encuentras atrapado de nuevo, una y otra vez, la gente lloraba de la desesperación”.
Toma un sorbo de agua y Darmin continúa explicando, “tú allí no puedes pensar, si empiezas a analizar todo, no sigues o te debilitas, tú tienes que mentalizar, estoy aquí y sigo adelante, tratar de reírte, tratar de pensar en cualquier otra cosa. El Darién es una selva virgen, una de las cosas más bonitas que he podido ver, es hermoso, el río es espectacular, los árboles, piedras gigantescas, cascadas como en Discovery channel.”.

El camino estaba señalizado por marcas azules dejadas por los migrantes que lo habían recorrido antes. En la entrevista, Darmin me hizo saber que este paso migratorio tiene grandes niveles de contaminación ya que cada persona va dejando carpas, ropa, y todo lo que van botando va quedando en el camino.
Adicionalmente me explicaba que al llegar a Panamá encontraron presencia militar, están presentes en caso de emergencias y donde el pudo presenciar que detuvieron a un grupo de hombres que estaban robando a otros migrantes. Recordemos que cada uno de los caminantes del Darien lleva en sus bolsillos aproximadamente $500 o más.
Punto de quiebre, llegada a Panamá
Después de días caminando con lluvia, sin alimentarse apropiadamente, y no dormir Darmis, empezó a sentir como su cuerpo se descompensaba, empezo con sintomas de diarrea, vomitos y estaba debilitado físicamente y mentalmente aún más tras ver todos los riesgos que iban afrontando y apenas esto era el primer trazo Colombia, Panamá, no habían pasado aún ni Costa Rica. Darmis, me revela en la entrevista que se empezaba a cuestionar si seguir o no, “El cuarto día yo iba caminando por la inercia, me imagino que estaba ya deshidratado, ya no teníamos agua, ya no teníamos absolutamente nada ”.
“Recuerdo que eran las 6:00 pm, cuando estábamos en el campamento, el río comenzó a crecer. El río ya era muy ancho y había una cuerda atravesando de un extremo al otro para facilitar el cruce, ya que incluso cuando el río no estaba crecido, su fuerza era considerable. Con el río crecido, la corriente era aún más peligrosa. A pesar de las advertencias de todos los que estaban allí, una pareja decidió arriesgarse y comenzaron a intentar atravesar el río con la cuerda, y el río se los llevó. Fue desesperante, ver como el río se los llevaba, la gente lloraba. Al siguiente día mientras caminábamos nos enteramos que fueron salvados."
Un respiro y un desaliento
Después de 5 días caminando, llegan al campamento de La ONU en una curiara indígena, me cuenta que en el camino vieron curiaras voltearse por la fuerza del río y la gente no cumplia las normativas del traslado. Llegaban miles de migrantes desesperados, por avisarle a su familia que habían llegado y estan bien, muchos de los celulares ya estaban dañados debido a las condiciones que atravesaron. Darmis en la entrevista relata, que pudieron comprar un SIM card que les costaba entre $5 a $10, en un toldo que había de Western Union.

Primera llegada Panamá, el plan ahora era ir a Costa Rica para seguir la ruta a Estados Unidos, sin embargo en la ONU les informaban que no debían seguir ya que el El 12 de Octubre del 2022 el departamento de seguridad Nacional Estadounidense anunció que los Venezolanos serían devueltos a México si intentaban cruzar la Frontera Sur.
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Debido a la extensión del artículo y cuidar la historia para no dejar realidades importantes a un lado, he dividido la historia en dos partes, que podrás continuar leyendo el próximo domingo. Te invito a dejar tus comentarios y a compartir este artículo para dar a conocer la realidad que enfrentan millones de migrantes.
Mi blog esta disponible en Ingles y en Español esto permite informar a la comunidad de Habla Inglesa.
Amazonia Arroyo
Naked Woman
Vivi de cerca la historia de Darmis en Panamá tu escrito me recordo la cara de estos valientes. Inevitable no sentirse movido por tus letras. Compartieron conmigo en mi humilde hogar. Y Escuchar sus relatos a la vez sentia empatia en su dolor, frustracion, sentir que podia darle momentos de descanzo y confort aunque sea los basicos me llenaba el corazon, era lo minimo que podia hacer ante ese infierno que les toco vivir, conozco a Darmis desde mi infancia. Me contenta que esten bien con sus seres queridos, dodne cada uno este. Marcos J desde Panamá.
Un relato aterrador y por lo mismo impactante. Conseguir la entrevista es una proeza en sí. Lo que sufrió Darmis y su familia es inimaginable.