El hilo rojo que nos une

La leyenda japonés del hilo rojo en la que muchos creemos cuenta que “un hilo rojo invisible conecta a aquellos destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancia. El hilo rojo se puede estirar, contraer, enredar pero nunca romper”.

Un ejemplo es mi relación con Mi ex esposo, Ivan, sin duda creo que hemos estado unidos por un hilo rojo, que aunque no sigamos juntos como pareja hoy en día nuestra relación ha evolucionado. Hemos experimentado muchas contracciones, y la relación nos ha pedido mucho a los dos. Hasta crear un nuevo lenguaje comunicativo para poder seguir trabajando juntos. Es una relación que creo que seguirá por 80 años porque se cultivo muco amor desde el principio.

Se cree que este hilo rojo solo habla de relaciones de pareja, pero este hilo rojo habla de las conexiones con amistades y puedo comenzar con la amistad más longeva que tengo, con Genesis, mi amiga de la infancia, mi Ami adorada, para mi éramos, amigas desde el vientre de nuestras madres. Hemos cambiado de país, la distancia ha pesado muchas veces pero allí hemos estado en nuestras transformaciones la una para la otra, unidas por ese hilo rojo que promete no romperse.

Mientras estaba en Oporto, observaba a Milagros, Eva y Zarif y me preguntaba que fue lo que me conecto con estas mujeres y fue aquí donde recordé la leyenda del hijo rojo.

Quiero creer en esa magia que me unió con Milagros en La U.C.V, nuestra amistad comenzó desde la vulnerabilidad de ser mujer y pasar por un proceso muy duro que ninguna de las dos sabíamos cómo afrontar pero allí estábamos la una para la otra. Hoy en día Milagros sigue siendo para mí un espacio un seguro, donde hablamos de nuestras indulgencias, felicidades, penurias, patrones, deseos, finanzas, placeres y todo lo que nos va regalando la vida.

Ahora bien, cuál es la probabilidad de que crees una conexión íntima en un salón de clase de 30 alumnos con una amiga desde la creatividad? El hilo rojo que nos unió a Zarif y a mi lo llamaré creatividad, nos dedicamos a hacer las mejores presentaciones para el liceo, allí en cada papel bond expresamos lo que teníamos que decir para exposición de una clase de química pero a través de nuestro arte.

El pasar horas creando se convertía en tertulias, donde Ricardo Arjona estaba de fondo, su mama o la mía nos hacían divinas comidas y allí estábamos ella y yo siendo. Ella me conecta con la elocuencia, la espontaneidad. Nuestro hilo ha tratado de romperse ya que somos bastante diferentes pero es tan fuerte que hemos entendido que ganamos en nuestra diferencia y admiración de la una por la otra.

Los vínculos humanos para mi es una de las cosas más interesantes de esta vida y me encanta alimentarlos. Recientemente leí en el libro del Principito “seremos plenos cuando reconozcamos que nunca lo seriamos sin la existencia de los otros”. Sin duda alguna, una de las amistades que me ha dado plenitud ha sido la de Eva, ella y yo compartimos el amor por el altruismo, fundamos Todo por Mil Sonrisas en Venezuela, fue la primera vez que trabaje en equipo con alguien desde el liderazgo, vendimos rifas en los próceres, hacíamos malabares para que las personas se uniera a nuestra causa y en cada actividad íbamos desarrollando nuestro propio carácter. Nuestra amistad empezó en un curso de matemática y física, imagínese usted qué hacía yo en una clase de química y física? Sin duda; hablar con ella. Lo mas bonito de estas conexiones que surgen a través del hilo rojo es que son para siempre por eso son tan especiales. Esto me ilusiona, y me hace seguir creyendo en la magia de la vida, en las conexiones únicas, en escuchar nuestra intuición e insistir en evolucionar alrededor de esas personas que nos llenan el alma y nos hacen la vida mejor.

Estoy segura que estoy conectada con otros hilos rojos que no conozco y o tal vez sí pero que están en proceso de conseguirse, como es el amor. Mientras tanto seguiré creyendo en esta mágica leyenda que conecta los corazones de aquellos destinados a encontrarse.